La crisis mundial desatada por el coronavirus ha tenido un gran impacto en el sector educativo. Los colegios, las universidades y las escuelas de negocio cerraron sus aulas. Repentinamente, dar clases online era la única vía para continuar con el aprendizaje. Muchas instituciones se ajustaron a este cambio con rapidez; a otras les costó más. En un encuentro digital con El Economista, Pablo Rivas, CEO y fundador de Global Alumni, explicó a los lectores cómo esta crisis cambiará el sector educativo para siempre.
“Esta pandemia”, explicó Pablo Rivas, hará que “las instituciones educativas sean más conscientes de que necesitan evolucionar en su sistema de aprendizaje. Para lograrlo requieren implementar unos cambios que, como cualquier proceso de transformación digital, conlleva recursos, tiempo y personas”.
El CEO de Global Alumni recalcó que el cambio no será sencillo, pues el sector educativo lleva 2.000 años enseñando de la misma manera. “Los rectores tienen que aceptar, entender y compartir que la educación tiene que cambiar y mutar a un nuevo sistema de enseñanza donde la tecnología y su aplicación será crucial porque los estudiantes y el mercado laboral lo está demandando. Sin dicha transformación, no creo que salga nada nuevo de las instituciones educativas. Estaremos dando vueltas en la misma rueda sine die”, sostuvo.
El coronavirus ha provocado que prácticamente todas las instituciones educativas adopten herramientas tecnológicas por necesidades del guion. En cuanto pase la crisis y las aguas vuelvan a su cauce, veremos cuáles guardan de nuevo en el cajón esta metodología y cuáles tienen una verdadera mentalidad innovadora y decidan transformarse.
Cambios en las universidades
La universidad tiene que cambiar muchos aspectos. Uno fundamental es apostar por el emprendimiento, fomentar la cultura del esfuerzo. Y esto pasa, asegura Rivas, por realizar cambios legislativos que se están intentando hacer, pero que son insuficientes. Los emprendimientos en las universidades estadounidenses superan a todas las europeas, por lo que hay que seguir mejorando, y mucho, en este sentido”, añade.
Asimismo, las universidades españolas de gestión pública tienen que poner el foco en el estudiante: “Yo he estudiado mi licenciatura en una universidad pública y jamás me he sentido parte del sistema. Por tanto, cuando no estás pensando en el estudiante, no tienes una institución pensada para el estudiante”, señaló. Y esto desemboca en que el estudiante desembarca en el mundo laboral falto de preparación.
En cualquier caso, a pesar de la rigidez de las instituciones, Pablo Rivas sostiene que el cambio vendrá promovido por los propios estudiantes: “Me encantaría que el sistema educativo evolucionase, pero seguramente este cambio vendrá por parte de la demanda”.