El profesional 4.0, el trabajador que está por llegar
Comienzan a escucharse ya rumores sobre que estamos inmersos en la cuarta revolución industrial, resultado de la disrupción tecnológica que se produce con la generación de datos masiva a través de Internet, la híper conectividad y la robótica. Ya se la conoce como Industria 4.0.
Aunque no todos están de acuerdo respecto a las implicaciones de esta revolución (incluso sobre si está bien empleada esta palabra), el último informe que ha preparado la consultora de marketing digital We Are Marketing, apunta cuáles son los pilares básicos sobre los que se sustenta la Industria 4.0: la obtención de datos, el análisis y ordenamiento de grandes masas de información (Big Data), la Inteligencia Artificial y el paso de lo digital a lo físico gracias a la impresión 3d(additive technologies).
Pero la revolución 4.0 tiene dos caras. En los próximos cinco años, va a destruir 7 millones de profesiones “tradicionales” en los países más avanzados del mundo, y solo se van a generar 2 millones de puestos nuevos. Las áreas que más empleo generarán son la computación, la arquitectura y la matemática. Según el Foro de Davos, los gobiernos deben promover la formación de estos profesionales si no quieren verse con un serio problema de paro y desigualdad.
Otros temas recurrentes cuando hablamos de industria 4.0 son el IoT (Internet of Things), la computación en la nube, ciberseguridad, realidad aumentada, transformación digital, escalabilidad, etc. “Son palabras cotidianas cada vez para más gente”, destaca Giorgio Ascolese, CEO y fundador de WAM. “Pero es importante que toda la sociedad interiorice la importancia de estos conceptos para entender los cambios que se avecinan derivados de la transformación digital que está viviendo todo el planeta. Es algo que nos afecta a todos. Ninguna persona ni ningún sector económico va a quedarse al margen de la digitalización”, sentencia Ascolese.
Se puede decir que el mercado laboral ha cambiado sustancialmente en los últimos años. Aunque muchas de las competencias que hacen al buen profesional no varían, cada vez se demandan nuevas habilidades, al tiempo que se están subrayando otras que ya existían. Las personas nos convertimos en los generadores de los productos y servicios que demandamos. Vivimos en un mundo basado en lo DIY (Do It Yourself). Cada vez las personas somos más autosuficientes, pero al mismo tiempo necesitamos y exigimos una atención al cliente más personalizada y en tiempo real.
Por ello, las marcas tienen que dejar de tratar a las personas como masas para hablarles de tú a tú. En esa conversación digital, las personas debemos sentirnos escuchadas de la misma forma en la que lo hacemos cuando hablamos con el dependiente de una tienda. Lo paradójico de todo es que en esta conversación utilizamos robots.
El informe realizado por WAM distingue, principalmente, ocho tipos de competencias que marcarán cómo deben ser los profesionales de este mundo 4.0 en el que vivimos inmersos, así como para el 5.0, 6.0 o los que estén por venir.
Las marcas deben conversar como las personas
Las teorías del customer centric no dejan de insistir en el trato cercano que hay que dar a los clientes. Para eso existen dos caminos: formar al personal en una cultura de trabajo que prime el trato cercano, si hablamos de retail, o programar diversos sistemas de Inteligencia Artificial para dar atención al cliente siempre que lo precise.
Personas que hablen más y hagan trabajar menos a los demás
Tras el mundo 2.0 en el que todo se realizaba a través del email, los entornos 4.0 hacen que sean necesarias personas muy comunicativas y empáticas. Deben entender las necesidades y los cambios que se producen continuamente en su entorno para adelantarse a ellos y generar oportunidades de lo que podrían ser amenazas.
Aprendizaje continuo
En un entorno en el que se destruyen y crean millones de empleos continuamente, los profesionales deben estar en una actitud de aprendizaje continuo, cualidad que no es algo nuevo, pero que se subraya en entornos 4.0. La velocidad del cambio y la evolución abren mundos nuevos. Esto supone un reto, pero también es algo estimulante y enriquecedor.
Capacidad de interactuar con interfaces modernas
La industria del software vive un momento dulce y hoy existen en el mercado cientos de herramientas para entender el ecosistema profesional de cada persona. Pero más que manejar unas cuantas herramientas hay que tener el don natural de familiarizarse rápido con un ERP o un CRM. Al igual que somos capaces de adaptarnos a la última app de moda en nuestro móvil para hablar con nuestra familia, tenemos que adaptarnos de la misma forma a herramientas laborales.
Trabajo en equipo y cooperación
No es algo nuevo, pero sí una cualidad cuya importancia se subraya en el nuevo entorno. La hiperconectividad nos permite estar en contacto con todos los puntos de la cadena de producción en tiempo real. Esto produce flujos de información constante en todas direcciones que para poder coordinar hay que trabajar en equipo, comunicarse con superiores e inferiores y asegurarse de que todo el mundo está alineado en medio de ese flujo de información.
Creatividad en tiempo real
El marketing requiere un alto grado de creatividad porque en la actual industria se trata siempre de testar cosas nuevas para sustituir a las que se han quedado obsoletas.
Espíritu emprendedor
La Industria 4.0 se compara muchas veces con un mundo caótico donde todo tiende a la desintegración y atomización de los procesos. Eso ha dado al traste con muchos modelos organizativos jerárquicos y ha puesto de moda las organizaciones horizontales en las que todo el mundo tiene más o menos el mismo rango.
Liderazgo
Consecuencia de ser un emprendedor es la capacidad de liderar para llevar a buen término lo que se emprendió. Cuando uno emprende un proyecto no recibirá directrices de lo que hacer, sino que es uno mismo quien marca el camino y consigue que su equipo le siga.
Según el estudio de WAM, los factores personales como la actitud, la motivación, el espíritu colaborativo y la capacidad de liderar proyectos son críticos, hoy más que ayer, pero a esta base de la materia prima del candidato hay que añadirle los conocimientos y habilidades técnicas.
La consultora señala la utilidad de formarse continuamente, ya sea por medio de los eventos o por medio de formación tradicional, que nos ponen en la pista de qué es lo que vendrá en el futuro y qué hacen hoy los que ahora están en la cresta del mercado.