Durante mi experiencia formativa en España y Estados Unidos —UC Berkeley, Loyola Chicago y Harvard— y tras obtener un MBA, pude reflexionar profundamente sobre la transformación necesaria de la educación universitaria. Si Internet estaba provocando uno de los mayores avances en la historia de la humanidad, a todos los niveles, ¿por qué el sector educativo apenas estaba experimentado cambios?”, me preguntaba.

En un mundo completamente globalizado, donde la innovación tecnológica es constante y nos descubre nuevas oportunidades prácticamente cada día, la educación no podía permanecer al margen durante más tiempo.

Por este motivo fundé Global Alumni hace seis años. Hoy puedo decir que, aunque aún queda mucho camino por recorrer, los pasos que hemos dado han ido en la dirección correcta. Trabajamos junto a las mejores universidades del mundo, expandiendo su cultura y sus conocimientos hacia otras latitudes y otras lenguas. Hemos conseguido que miles de profesionales adapten sus currículos a las necesidades de la Cuarta Revolución Industrial.

Defiendo la educación digital de calidad.  Creo que es el único medio para reforzar las habilidades de los profesionales del siglo XXI y crear un tejido empresarial firme. Solo así superaremos con éxito los retos de la economía digital.

La revolución tecnológica, la internacionalización de la economía y la educación digital de calidad. Estas son las tres pasiones que acompañan mi vida profesional y lo que me motiva para continuar con esta apasionante aventura cada día.