En la última década, el perfil del CFO ha mudado su figura, su influencia y su rango de actuación: de las competencias técnicas de contabilidad y tesorería, un espacio acotado que habría de llevarse con férrea disciplina, a un enorme ámbito de dominio transversal dentro de la empresa, multiplicando su responsabilidad en el conjunto de las decisiones y estrategias de la compañía. En cierto sentido, el perfil del CFO ha pasado de ser conservador y acotado a ser innovador y expansivo.
El CFO ya no es un controlador sino un creador, un líder que siente la necesidad de formarse sobre su actual experiencia, no simplemente para reinventarse sino para recrearse.
La visión del CFO: más allá de los caballos
De alguna manera Henry Ford estaba experimentando los retos del CFO del futuro cuando dejó escrita su célebre sentencia, siempre vigente: “Si le hubiera preguntado a la gente qué querían, me habrían dicho que un caballo más rápido”. Era y es necesaria la disrupción: hacer algo diferente para obtener resultados diferentes.
Solo quien es capaz de levantar la mirada sobre el terreno presente y otear el futuro, con experiencia, formación y desprovisto de prejuicios, es capaz de divisar el nuevo horizonte que a esta hora se abre sobre el universo empresarial. Un horizonte donde ya se sitúan las necesidades de los clientes y a donde el CFO debe contribuir a dirigir la nave, empezando por conocer, escuchar y saber anticipar lo que consumidores van a requerir en cada área en los próximos años.
Un punto de partida ineludible
Nada de lo expuesto anteriormente debe llevarnos a pensar que el CFO actual puede prescindir de las características genuinas de su ocupación, principalmente el dominio exhaustivo y responsable de las cuentas de la empresa. No obstante, el nuevo perfil del CFO exige superar la figura del tradicional director financiero y abrazar la del estratega que es capaz de otear el futuro del negocio, que participa de un diálogo constante con el CEO y los diferentes departamentos, que emplea todos sus recursos en el análisis del inmenso volumen de información disponible gracias a la revolución tecnológica –el aprovechamiento inteligente del big data- y que es capaz de perfilar equipos altamente cualificados para controlar cada una de las áreas de su nuevo ámbito competencial: desde el Risk Management hasta los Shared Services, desde los Businnes Plans hasta la Corporate Social Responsibility.
Un punto de llegada ineludible
La inmersión tecnológica resulta hoy requisito tan inaplazable para el CFO como su capacidad de innovación. Así, hallamos en el perfil del CFO un componente esencial inédito hasta la fecha de creatividad y dinamismo, no en el sentido de un publicista pero sí con la visión 360 -la percepción integral– de un emprendedor.
En síntesis, éste ha de ser el perfil del CFO: visión global de management, dirección y liderazgo, capacidad de trabajo colaborativo y transversal, formación integral en finanzas, gestión del cambio en organizaciones, fintech –Financial Technology-, innovación, y abierta perspectiva de oportunidades –future-oriented-. El CFO de mañana, de hoy, debe portar sobre sus espaldas la responsabilidad de abrir nuevos caminos y hacerlo con determinación, con experiencia, y rodeado de un potente equipo especializado en innovación, teniendo siempre presente la máxima de Mark Twain que vertebra el perfil del liderazgo de todos los tiempos: “un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa”.